martes, 25 de junio de 2019

Manifestaciones de la Violencia Social


Violencia en los procesos masivos

Se entiende a las masas como colectividades difusas, probablemente abstractas. La noción de la masa ha acumulado la mayor carga ideológica, desde su exaltación política o romántica hasta un amplio repertorio de juicios peyorativos. Gustave Le Bon, quien fue impropiamente señalado como “fundador” de la Psicología Social, propuso reconocer en su obra la psicología de las masas características sobre el comportamiento masivo, el cual expone: pérdida temporal de la personalidad individual consiente al individuo; su suplantación por la “mente colectiva” de la masa, acciones y reacciones dominadas por la unanimidad, la emocionalidad y la racionalidad.

·        Violencia vial: 

Este tipo de manifestación de violencia se da en multitudes disgregadas, en los que los principales actores son los que conducen y transitan por las vías públicas.
Su gravedad es medida por los llamados “accidentes de tránsito”, estos “accidentes” son la expresión más visible de una problemática más compleja. Representan solo una manifestación no casual de un problema mayor: la violencia en el sistema vial, cuyas raíces se encuentran en la dinámica estructural de la sociedad. La organización Mundial de la Salud informa que más de 1,2 millones de personas han muerto cada año en las autopistas y carreteras y otros millones más sufren lesiones o quedan discapacitados por lo que se pronostica que para el año 2020 será la tercera causa de muerte.


En los accidentes de tránsito se discute a cerca de la relación que existe entre intención y responsabilidad en los actos violentos. Puesto que la conducta de los conductores es la única manera de entender los AT como expresiones de violencia. Nadie tiene la intención de matar o lesionar a otros mientras conduce de manera temeraria, sin embargo, el contenido violento no está dado por su intencionalidad directa, sino por la evasión consiente de una responsabilidad básica: prever lo previsible.
Una acción violenta por parte del conductor es consumir alcohol aun sabiendo que luego debe transitar por las calles.
Los principales “factores humanos” de accidentabilidad vial son: exceso de velocidad, imprudencia e irrespeto a las señales, en donde se ve reflejado la irresponsabilidad de los conductores hacia los demás y hacia sí mismos.
También la violencia vial no solo se expone como causas de accidentes, sino que las expresiones: violencia vial, violencia vehicular o conducción agresiva hacen referencia a una serie de acciones cometidas por automovilistas y que son motivadas por disputas con otros conductores o peatones, derivadas de problemas de tráfico como congestiones vehiculares en horas más transitadas, factores que hacen explotar la ira o enojo de quienes se ven involucrados en ellos.
La violencia vial o conducción agresiva se considera normalmente como una reacción de impaciencia o egocentrismo vinculada a determinadas situaciones del tráfico o a determinadas acciones de otros conductores o peatones, las cuales son percibidas por el individuo en cuestión como agresivas o desmerecedoras respecto de su pericia en la conducción.
La violencia vial se da también como consecuencia de una sociedad invadida de estrés cotidiano, que afectan a los individuos ocasionándoles ansiedades o frustraciones que los colocan en seres con actitudes defensivas en todo momento hasta llegar al extremo de violentar a otros.


Aunque estos problemas son bastantes refractarios a la prevención, es importante que la educación vial, llevaba a cabo tempranamente y con la participación de múltiples instituciones y actores sociales, se plantee como objetivo el reemplazo de una conciencia egocéntrica en quienes participan en el sistema vial en especial en los conductores, por una conciencia de responsabilidad colectiva.
Partiendo de la identificación de los componentes del sistema de tránsito (la
vía y su entorno, el vehículo y el componente humano –conductor/a, peatón,
pasajero/a-), esta investigación se propuso realizar un análisis profundo y riguroso,
utilizando un enfoque cualitativo, desde una perspectiva psicosocial y sensible al
género. Su fin es contribuir a la conceptualización y descripción (desde la vivencia
cotidiana de un grupo de conductores y conductoras del Área Metropolitana de San
José y otras personas vinculadas con el ámbito de la seguridad vial) acerca de cómo
se perciben y se representan los procesos sociales, culturales y psicológicos que
inciden en las manifestaciones de violencia en el tránsito y en otras prácticas de
riesgo que ocurren al conducir. Todo ello con la finalidad de brindar un aporte a los
           organismos estatales involucrados en la prevención de este fenómeno. (Ortiz, 2007)
 
·         Violencia asociada al deporte:
 Muchas personas a nivel mundial practican deporte, el impacto social del deporte pasa por una compleja gama de fenómenos ligados a este y que son extradeportivos: se dan intereses políticos y económicos que tejen es torno suyo, las proyecciones del deporte como espectáculo, la incidencia en las familias y la participación en formas no directas, apasionadas y por lo general que terminan siendo violentas derivadas de diversos grupos que participan de ello como lo son: hinchas, forofos, tifosis y torcedores y otros más. 
Deporte y violencia tiene una relación que se dan en varios niveles de integración. Haciendo referencia a un deporte y que se asocia a la violencia, está el fútbol: el cual involucra una forma directa de relación con otros grupos o equipos como se les llama y que por lo general tiene un cierto grado de agresión.
En este deporte suministra los criterios para discriminar entre la agresividad tolerada y valorada incluso como parte del buen desempeño y la no admisible.
El “acto violento” tiene su definición y percepciones, por ejemplo, en el futbol se encuentra modificada por el contexto de la competición: muchos comportamientos necesarios o aceptables como lo es hacer fuerza hombro a hombro pero que en la calle son tomadas como conductas netamente agresivas.
Muchas veces los jugadores tienen que evadir las agresiones que se le oponen, pero en otras ocasiones fingen una falta para ponerla a su favor y así cobrar un tiro de esquina o un penal y es ahí donde entra el papel del árbitro quien es el encargado de determinar si se cometió dicha falta o no, muchas veces se equivocan, por lo que se comienza a dar el contenido agresivo de la competición que se extiende a la “microsociedad simbólica” configurada en torno al club y que suele ser aludida con un eufemismo: “la afición”. Donde se da una violencia ritual, en la que la búsqueda afectiva de una identidad se realiza en conjunto con otros y en contra de otros.

Los aficionados al perder su equipo actúan de manera agresiva contra su “rival” que da la posibilidad de “hinchar” por su equipo y amedrentar o disminuir el ánimo del contrario.
Esta el caso de las barras que actúan como grupos organizados los cuales se desbordan acciones colectivas de contenido violento, pero no tienen como propósito primordial hostilizar u atacar a la barra rival, si no alentar a su equipo.

·         Violencia en otros espectáculos masivos:
Aquí hablamos de la violencia en los conciertos juveniles, en donde se juntan multitudes de jóvenes para escuchar “su música favorita”. Pero ¿Por qué un evento de música se ve incitada o es generadora de la violencia?  
Primeramente, cabe mencionar las cuatro funciones que propuso distinguir el Sociólogo  
Simón Frith, con base a la música rock:
·         Permite a la gente situarse socialmente en un espacio, traza de barreras a grupos que, por su contexto urbano, no están territorialmente definidos.
·         Proporciona un modo de manejar la relación entre nuestra vida pública y nuestras emociones privadas.
·         Como toda música popular, da forma a l memoria y organiza el sentido de tiempo. En algunos de sus usos intensifica la vivienda del presente, mientras que en otros es la llave para la rememoración del pasado.
·         Es algo apropiable de manera muy íntima por sus receptores; las canciones que gustan al aficionado son “sus” canciones. Por ello es un canal especialmente eficaz para integral dichas funciones sociales en la construcción de una identidad individual.
Referente a lo anterior, es que Frith sugiere que la música rock, y las ceremonias masivas en donde se interpreta, forma un contexto propicio para manifestaciones de una identidad que, precisamente por ser incierta, demanda ser expresada con intensidad y apelando a medios que no pueden ser convencionales o adultocéntricos.
La música como factor de violencia en ciertos ritmos se vio evidenciada como en el caso de:  el gastarap (rap de las pandillas), el bate rock (rock del odio), el mosb (intercambios de encimamientos, golpes y empujones durante el baile) o ciertos trucos como el backmasking (mensajes invertidos), entre cuyos propósitos estuvo predicar la violencia y el satanismo. Incluso ciertos “clásicos” de hoy, como los Rollings Stone y Bob Dylan, recibieron acusaciones como supuestos promotores de la violencia.
En este panorama vemos como la música en incierta manera puede influir para que se provoque la violencia por medio de sus letras, pero también una manera en la que la violencia puede hacerse presente en un concierto es por medio de las bebidas alcohólicas y las drogas que trastornan la mentalidad de quienes los consumen provocando cambios de humor que generan
generan peleas y son muy común entre los jóvenes de hoy en día que asisten a estos eventos ocasionando daños graves a otros o incluso la muerte.  Pero también los cantantes están expuestos a recibir algún tipo de violencia por parte de sus fans.







https://www.youtube.com/watch?v=Ojc7vRnKQpE

Violencia en organizaciones


Las organizaciones son unidades sociales que se singularizan por el cumplimiento de determinadas funciones. Lo que caracteriza a las sociedades modernas, es que casi todas las actividades de producción de bienes y servicios se realizan en organizaciones de mayor o menor tamaño de complejidad.

El advenimiento de la Revolución Industrial no dio origen a las organizaciones, pero por primera vez en la historia las convierte en un instrumento para el desarrollo del sistema económico-social. 

Las discriminaciones salariales en perjuicios de las mujeres no se habrían generado sin la organización del trabajo   surgida en los albores del capitalismo industrial, cimentada en una proletarización básicamente masculina, que coloco a las mujeres fuera de las organizaciones de producción o en labores productivas subvaloradas.

Otra forma de organización, da interés en los estudios sobre la violencia social, es la escuela
   ·         Violencia laboral:

Se entiende como violencia laboral cualquier situación, acto o norma que impida u obstaculice el trabajo productivo, justamente remunerado, y ejercido en condiciones de libertad, seguridad y dignidad humana. Consigo trae inquietudes, abusos y prácticas nocivas que perjudican la salud del trabajador y que incluye desde la explotación hasta el trato indignante. Se sitúa como una problemática más abierta a la denuncia y su negación que a la investigación científica.
También el “acoso laboral” es una forma abusiva de ejercicio de poder, y por lo tanto sus consecuencias reducen la salud laboral del individuo acosado.








Entre las situaciones en que los trabajadores se pueden ver afectados son:


Cuando los individuos o grupos se encuentran en un nivel de autoridad más alto y se manifiesta mediante el empleo distorsionado de la función de mando, exigiendo o haciendo inhibir ciertos actos o para comunicarse con los trabajadores afectados. También está el acoso entre personas ubicadas en un mismo nivel jerárquico y se da como una parte de pugna de poder y se da el caso que viene “desde abajo”, en donde se actúa por medios anónimos y tiene como propósito debilitar ciertas posiciones de mando.

·         Violencia escolar:

La escuela es un terreno privilegiado para la de la violencia simbólica y siempre es importante averiguar cómo y por qué se reproduce en las colectividades que se forman en esta institución.

Se presentan diversas formas de violencia en los centros educativos, pero no existe un criterio unificado o clasificación de la misma. La violencia escolar tiene repercusiones de alarma social, que son llamativas para la prensa sensacionalista, ya que cada vez es más común que las escuelas aparezcan en los sucesos de un periódico, por lo general se concentran en ataques físicos tales como: agresiones con armas de fuego o armas blancas y en los que también los profesores se han visto afectados, agresiones físicas, hasta el vandalismo. Así mismo también existen otras formas de violencia como lo son: la intimidación, el hostigamiento y la victimazión entre los mismos escolares.  

Otro tipo de violencia es la psicológica, la cual se manifiesta a través de agresiones verbales, gestos, intimidación, maltrato, amenazas, marginación. Para este tipo de violencia escolar se ha utilizado el termino en inglés “Bullying” relacionándolo con procesos de victimazión e intimidación entre iguales y que por lo general uno o más alumnos acosan e intimidan a otro a través de insultos, rumores, aislamiento social, apodos, etc.
A pesar de que los profesores deberían ser un apoyo y una manera de evitar estas situaciones, también son motivo de violencia hacia sus alumnos de manera: psicológica, verbal, física o sexual. Muchas veces pasando desapercibido por los padres o la institución, pero siempre se llega a la manera de que salgan a la luz y a pesar de que ya estos casos son comunes y se toman las medidas necesarias se siguen presentando.




Violencia Grupal

De los diversos grupos primarios formados comúnmente en las más diversas sociedades, aquellos compuestos por personas que comparten un mismo hogar revisten una importancia primordial.  

La familia es un grupo el cual está conformada por relaciones de parentesco originadas de diversas maneras: matrimonio, unión libre, consanguinidad, afinidad o adopción. Además, varían en importancia y co-residencia regular y permanente de una pluralidad de personas, no siempre familiares en una misma unidad habitacional.

Resulta metodológicamente valido tomar como unidad de análisis el binomio hogar-familia, pero vigilando la posibilidad de encontrarse con familias disgregadas en varios hogares y cuya composición no corresponde a una estructura familiar.

·         Violencia domestica:

Comprende dos planos inseparables: 
1.      Los actos y vínculos de contenido violento, que se manifiestan directamente en la dinámica “intrahogareña” o “intrafamiliar”.
2.      Sus efectos sobre el desarrollo humano y la vida social de los integrantes, especialmente los niños, niñas y adolescentes.








Cuando en la dinámica de un hogar se articulan manifestaciones autoritarias u opresivas con una privacidad encubridora, se facilita la ocultación de los actos de abuso favorecidos por su propio deterioro. Estos actos recaerán sobre los integrantes circunstanciales o permanentes más vulnerables, afectando a mujeres y niños, pero también a los ancianos o discapacitados, más cuando se convierten en una carga y no se tiene los conocimientos para comprenderlos y ayudarlos.


Los vínculos de hostilidad, desvalorización u odio entre personas que integran un hogar configuran actos de violencia, las cuales se van desarrollando en una constante producción de intersubjetividad, aunque no lleguen a manifestarse en actos agresivos. Pero la prolongación e intensificación de un patrón interactivo de contenido violento aumenta las posibilidades de agresión entre sus protagonistas y su gravedad probable.

·         Violencia de pareja:


La agresión física en la pareja es un problema muy serio, la agresión por medios físicos es más empleada por el hombre y en caso de ser utilizada por ambos puede arrojar resultados especialmente nocivos para la mujer, en virtud de una desigualdad de fuerzas físicas.
Es cierto que las creencias que alimentan la búsqueda de sumisión en la pareja y su valoración como natural o legitima, son propias del varón. 

Para muchos hombres no es fácil romper, mucho menos sin apoyo apropiado, con modelos autoritarios que han internalizado tempranamente y los lleva a percibir como un reto o amenaza cualquier cambio o que signifique más libertad y oportunidades de progreso personal para su esposa o compañera. Menos aun cuando tales creencias reciben múltiples refuerzos desde las discriminaciones laborales, la publicidad comercial e incluso desde modelos de vida enlazados por ciertos mensajes religiosos.   

https://www.youtube.com/watch?v=Arg2jISmF0k

·         Pandillas juveniles:

Son grupos juveniles con una identidad relativamente durable, cuyo origen y espacio de acción están por lo general vinculados con un determinado espacio geográfico-poblacional urbano.

Estos grupos de jóvenes, realizan actividades de alguna manera perturbadoras para el orden público o francamente violentas.

Estos grupos “despliegan un contra-poder” o una “identidad de resistencia”, es decir actitudes de distanciamiento o rechazo social. Sus acciones van desde hacer notar su rebeldía mediante su apariencia física o sus estilos de diversión, hasta intensas agresiones o daños.

Se puede dar la posibilidad de que entre pandillas rivales se peleen y empleen armas blancas para hacerlo.





Bibliografía 

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